La demanda de alimentos frescos ha ido creciendo considerablemente desde hace aproximadamente 10 años, los productos agroindustriales se han convertido en elementos principales de la canasta familiar, superando el 50% del total de la compra. Este alto porcentaje ha implicado que la industria evolucione en el papel que desarrollan frente a la generación de estrategias de fidelización y captación de nuevos mercados.
A pesar de ser una industria bastante competitiva y compleja en la adquisición de cuota de mercado, las oportunidades apuntan a la necesidad de seguir innovando.
Debido a la amplia oferta, los consumidores valoran en mayor medida aquellos productos frescos que cumplen con mejores condiciones de seguridad y calidad. Es allí donde la innovación debe ser parte en la identificación de riesgos y peligros, para la generación de nuevos procesos preventivos y nutricionales.
Así mismo, es de vital importancia para la industria aumentar la vida útil de los productos para la etapa comercial (tiempo de almacenaje y entrega) y el periodo de conservación para consumo en el hogar. Por lo tanto, la innovación también está ligada con la producción de empaques o envases que faciliten la preparación y el consumo de alimentos.
En la actualidad los consumidores, demandan que los productos sean protegidos bajo condiciones fáciles de abrir y con opciones de resellado, que no comprometan la calidad del producto. Evidenciando una tendencia creciente por productos frescos, pero de excelente calidad, preservados, fáciles y cómodos de preparar.
La innovación está presente en todos los procesos de la cadena de valor, no sólo en la adaptación de empaques para larga durabilidad y seguridad, sino también en las formas de producción y comercialización, por esto es necesario estar evaluando tendencias, e implementar la mejora continua en la organización, así podrá mantenerse competitivo en el sector de productos frescos.